jueves, 15 de septiembre de 2011

Capítulo 8

-¿Se puede?- pregunta alguien desde la puerta, que está abierta.
-¿Qué quieres?- pregunto cuándo descubro que es mi hermano.
-Pues venía a preguntarte una cosa.
-No te voy a decir lo que ha pasado con Javi.
-Pero, ¿por qué?
-Pues porque no tengo ganas.
-Bueno vale- dice un poco enfadado-. Por cierto, ¿le has dicho lo de la piscina a mamá?
-No, ahora se lo digo, primero voy a ducharme.
-Bueno vale, pero deja que me duche primero, que tú tardas mucho.
-Entonces voy a decirle lo de la piscina a mamá.
Sergio sale de mi habitación, yo no tardo mucho en salir. Bajo la escalera y voy a la cocina.
-Mamá, ¿te importa si mañana vamos a la piscina?- pregunto cuando entro.
-¿Con quién?- pregunta ella muy sorprendida.
-Con nuestros amigos, ¿podemos?
-Claro que sí, pero os tenéis que levantar temprano para ayudarnos a sacar lo que queda del coche y colocar todo.
-Vale, ¡trato hecho!
Dicho esto salgo de la cocina y subo las escaleras corriendo. Cuando llego arriba veo que mi hermano ya ha salido, cojo mis cosas y me meto en el baño. Pongo la música alta. Suena Barbie de Extrarradio, de Melendi.
-Marta, ¿te queda mucho?- pregunta mi hermano golpeando la puerta.
-No, ya termino- respondo con enfado.
Cinco minutos después salgo del baño y me dirijo a mi habitación muy enfadada. Me visto, me tumbo en la cama y me pongo a leer un poco.
-¿Se puede?- pregunta desde fuera mi hermano.
-¿Qué quieres?- respondo muy enfadada.
-¿Podemos hablar?
-¿Hablar de qué?
-Pues de que va a ser, de lo de esta tarde.
-Vale, pasa.
Mi hermano abre la puerta y se sienta en la cama, a mi lado.
-Bueno, cuéntame que habéis hecho- dice él.
-Hemos estado hablando un rato y eso.
-¿Solo eso?
-¿Qué más quieres?
-No sé, supongo que nada.
-Bueno, si no te importa, vete ya.
-Vale, ya me voy.
Dicho esto sale de mi habitación y yo continúo leyendo. Después de haber leído un buen rato miro el reloj y me doy cuenta de que es la hora de cenar. Salgo sin perder más tiempo, pues se ha hecho tarde y temo que mi madre se enfade y no me deje ir a la piscina.
-Ya era hora, ¿no crees?- pregunta mi madre cuando me ve aparecer.
-Sí bueno, es que he estado leyendo y no me he dado cuenta de la hora- digo intentando que no me regañe.
-No pasa nada, Marta- dice mi abuela-, ¿verdad Ana?
-No, claro que no, mamá.
Mi madre no añade nada más y sale de la cocina para llamar a mis hermanos, a mi padre y a mi abuelo para avisarles de que la cena está lista. Una vez que mi abuela comprueba que mi madre ha subido al piso de arriba cierra la puerta, retira una silla, se sienta en ella y me invita sentarme con ella. Sin dudarlo, cojo otra silla y me siento frente a ella.
-Muchas gracias, abuela- comienzo a decir.
-No hace falta que me las des- dice ella cortándome.
Tras decir esto mi abuela me mira fijamente, como esperando que le cuente algo importante. Dudo si debo decirle lo ocurrido durante la tarde, pero antes de que pueda decir nada se abre la puerta de la cocina y por ella entran mi padre y mi abuelo, seguidos por mis hermanos y, por último, entra mi madre con cara de enfado.
-¿Qué habéis hecho esta tarde?- pregunta mi padre cuando nos hemos sentado, rompiendo el incómodo silencio.
-Pues hemos ido a un parque que hay a las afueras y luego a uno cercano a la plaza- responde mi hermano.
-Pues para haber estado cerca de la plaza habéis tardado mucho en llegar cuando os hemos llamado- replica mi madre.
-Ana, déjalo ya, por favor- dice mi abuela.
-Está claro que ya no puedo ni regañar a mis hijos sin que me critiques- responde muy enfadada mi madre.
Después del repentino enfado de mi madre, nadie añade nada más durante la cena. Tardamos poco en terminar. Una vez que está recogida la mesa, mi padre, mi abuelo y mis hermanos se van al salón. Mi madre me obliga a quedarme a ayudar y le indica a mi abuela que se valla, cerrando la puerta tras ella.
-Marta, hoy cuando estábamos en la plaza tu hermana ha dicho que estabas con un chico y que al verla te has ido corriendo- dice mi madre en un tono muy serio- ¿Es verdad eso?
-Pues…-empiezo a decir con un poco de miedo.
-¿Pues?- dice ella- ¿Sí o no?
-No, no es verdad, he estado todo el tiempo con Sergio y con los demás, me debe de haber confundido- digo con total seguridad.
-Está bien, te creo, pero como me vuelva a decir algo así, prepárate.
-De acuerdo, ¿me puedo ir ya?
-Claro, y mañana os tenéis que despertar temprano si queréis ir a la piscina.
-Buenas noches.
Sin decir nada más salgo de la cocina, subo a mi habitación y cierro de un portazo. Cojo mi móvil y llamo a Javi. Tras hablar con él durante un rato quedamos a las doce en la plaza. Cuando cuelgo cojo el MP4 y me pongo a escuchar música. Suena 16 añitos, de Dani Martín. Así, escuchando música, me quedo dormida.

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