miércoles, 7 de septiembre de 2011

Capítulo 7

-¡Ya era hora!- dice mi madre muy enfadada.
-Lo siento mamá, no hemos podido darnos más prisa- dice Sergio.
-Pues espero que no se vuelva a repetir, ¿entendido?- replica ella.
-Ana, no seas tan dura con ellos, seguramente estaban hablando y no se han dado cuenta- dice mi abuela defendiéndonos.
-Bueno, vámonos a casa- dice mi padre.
Sin decir nada más nos ponemos en marcha. Mis hermanos y yo vamos delante de todos. Estamos callados un rato, mi hermano y yo nos miramos sin saber que decir.
-Marta, ¿antes estabas con un chico?- dice de pronto Érica.
-¿Cómo dices?- pregunto sorprendida.
-Que cuando hemos llegado aquí te he visto con un chico y te has dado la vuelta.
-Eso no es posible, hemos estado todo el rato juntos- me ayuda mi hermano viendo que me había quedado paralizada.
-¿De verdad?- pregunta ella.
-Claro que sí, ¿tú crees que nosotros te mentiríamos?- le pregunta mi hermano.
-No, claro que no.
-Pues ya está- mi hermano da por zanjada la conversación y me lanza una mirada asesina.
No tardamos mucho en llegar a casa de nuestros abuelos. Una vez en la puerta mi madre la abre con cuidado. Mi hermano pasa el primero, le siguen mi hermana, mis padres, mis abuelos y en último lugar yo, que me quedo fuera, en el jardín de la casa.
-Marta, ¿vienes?- pregunta mi hermana con tono impaciente.
-Sí, ya voy Érica.
Paso sin perder más tiempo y subo directamente a mi habitación. Allí empiezo a deshacer mi maleta y a colocar las cosas. Cuando termino me siento en la cama y me pongo a escuchar música. Me acuerdo de mis amigas. Apenas hace un día que me he separado de ellas y ya las echo de menos. De pronto suena 700 km, de Porta. La dejo puesta. No sé por qué, pero me hace recordar a mis amigas. Me tumbo, conecto los auriculares del MP4 y cierro los ojos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario