miércoles, 24 de agosto de 2011

Capítulo 6

Poco a poco nos vamos alejando de allí. Oímos que nuestros amigos están hablando de nosotros. Nos da igual. Seguimos avanzando.
-¿Dónde podemos ir?- pregunto.
-Pues si quieres podemos ir a la plaza.
-Pero seguro que está lleno de viejas cotillas.
-Tienes razón. Hay una especie de parque cerca de mi casa, podemos ir allí.
-¿Está muy lejos?
-Hay que cruzar la plaza y un par de calles y llegamos.
-Pues entonces vamos allí.
Caminamos por la calle que va desde el parque hasta la plaza. Al entrar en la plaza veo a mis padres, a mis abuelos y a mi hermana. Sin decirle nada a Javi me doy la vuelta y camino en dirección al parque. Sin protestar me sigue.
-¿Por qué te das la vuelta?- pregunta.
-Porque estaba mi familia y no quiero que me vean.
-¿Entonces volvemos al parque?
-Si hay otro camino para llegar hasta allí vamos, si no volvemos con los demás.
-Si hay uno, pero es muy posible que esté mi hermana con sus amigas.
-No me importa que estén por ahí, mientras que no me vean mis padres.
-Pues vamos por allí.
Avanzamos hasta una calle muy estrecha y la cruzamos sin decir nada. Al salir de allí vemos, como había dicho Javi, a su hermana.
-Tenías razón, están allí.
-Te lo he dicho Marta.
-Bueno no me importa.
Antes de que Javi diga nada, la hermana de Javi advierte nuestra presencia y no duda en llamarlo.
-Vamos a hablar con mi hermana, si no te importa.
-No te preocupes, me da igual.
No tardamos en llegar allí. María, la chica que quiere a Javi, me lanza una mirada asesina.
-¿Qué os trae por aquí, Javi?- dice Raquel.
-Por aquí nada, no os hagáis ilusiones- contesta secamente.
-¿Entonces?- pregunta Irene.
-Vamos al parque de mi casa.
-¡Qué bien!- exclama María- Nosotras íbamos a ir enseguida.
-No me importa, ¿sabes?- contesta Javi- Nos vamos.
Sin decir nada más seguimos nuestro camino. No tardamos mucho en llegar. Es un sitio con bastantes árboles y en mitad hay una fuente con delfines. Es un lugar muy bonito y muy romántico.
-Este sitio es muy bonito.
-La verdad es que sí. No hace mucho que está así.
-Pero eso da igual, se está genial aquí.
-Bueno, no cambiemos de tema.
-Es cierto, hay que hablar.
-Entonces, ¿qué opinas tú?
-Que opino, ¿de qué?
-Pues de lo de que salgamos.
-A mi me parece bien, así nos deja en paz la niña esa.
-Entonces, ¿eso es un sí?
-Sí, es un sí.
Javi no contesta nada más, solo me mira y me sonríe. Sin dejar de mirarme con sus ojos azules, se va acercando a mí. Está muy cerca y, de pronto, noto sus labios en los míos, cierro los ojos y me dejo llevar. Es maravilloso. Todos mis pensamientos se evaporan.
-Que, ¿te gusta, Marta?
Javi se separa de mí. Los dos abrimos los ojos y vemos que María está allí. Me mira con desprecio. Le devuelvo la mirada.
-¿Qué haces aquí?- pregunta Javi.
-He venido a dar una vuelta. No sabía que estabais aquí.
-Lo sabías perfectamente, le he dicho antes a mi hermana que íbamos a estar aquí.
-En realidad estamos todas, lo único que ellas están por ahí.
-¿Te importa irte?- digo yo en un intento por estar a solas con Javi.
-No me da la gana- contesta con rabia-. No te voy a dejar sola con mi novio.
-Es que yo no soy tu novio.
-Ni el suyo tampoco, ¿o sí?
Nos miramos un poco dudosos de que contestar. No lo habíamos aclarado aún.
-Sí- contesto yo de pronto-, es mi novio, ¿algún problema?
-Pero… Raquel me ha dicho que no estáis juntos
-Ella no sabe nada.
-Pe… pero…
-Vete, por favor- le dice Javi, intentando ser amable.
-Vale, ya me voy. Adiós.
Se ve que está realmente enfadada, no solo conmigo, sino también con Javi. Antes de irse me ha lanzado una mirada de odio, mucho peor que las anteriores. Cuando la perdemos de vista vemos que se acerca otra persona.
-Hola.
-Hola, Raquel. ¿Qué quieres?
-Hablar con ella- dice refiriéndose a mí.
-¿Conmigo?
-Sí, contigo, si no hay ningún problema.
-No, claro que no.
Nos alejamos de Javi. Vamos a un banco desde donde no nos pueden ver ni las amigas de Raquel ni Javi.
-¿Te gusta mi hermano de verdad?- pregunta de pronto.
-Sí, ¿por qué?
-Porque gracias a ti mi amiga está destrozada.
-Yo no he pedido que Javi me quiera, ¿vale?
-Pero estás haciendo que cada vez se olvide más de mi amiga, y eso no me gusta nada.
-Yo no he obligado a tu hermano a que me quiera, simplemente ha surgido así.
-Por tu bien, aléjate de él.
-No lo voy a dejar solo porque me amenaces, lo siento mucho, pero lo quiero.
-Te he advertido, luego no digas que no te he dicho lo que va a pasar.
-Adiós.
Sin decir nada más, cada una tomamos una dirección. No tardo en llegar junto a Javi. Está solo. Cuando llego a su lado se me escapa una lágrima.
-¿Qué ha pasado?
-Tu hermana me ha dicho que por mi culpa su amiga está destrozada. Que lo mejor es que te deje.
-¿Y qué vas a hacer?
-No lo sé, dímelo tú.
-Yo no quiero que me dejes por culpa de mi hermana y de sus amigas. Si me dejas, que sea porque tú quieres.
-Pero yo no quiero.
-Pues entonces, no tienes por qué hacerlo.
-Pero, ¿qué hago con tu hermana?
-No te preocupes, yo hablo con ella.
-Pero…
Sin dejarme que le diga nada más me besa. Es un beso cálido. Un sonido interrumpe nuestro beso. Es mi móvil.
-¿Si?- pregunto, interrumpiendo nuestro beso.
-Soy Sergio. Me acaba de llamar mamá y me ha dicho que vayamos a la plaza, que están allí, ¿te espero aquí y nos vamos juntos?
-Sí, espera allí, ya vamos.
-Hasta ahora.
Cuelgo y le comunico a Javi que tenemos que ir al parque porque ha llamado mi madre. Sin tardar nos ponemos rumbo al parque. No tardamos en llegar.
-Hola otra vez, chicos- decimos Javi y yo.
-Hola parejita- dice Sofía entre risas.
-Bueno chicos, nos tenemos que ir ya que nos están esperando nuestros padres.
-Bueno pues adiós nada más.
-Si queréis veniros mañana vamos a ir a la piscina de aquí del pueblo- dice de pronto Miriam.
-Bueno, lo pensamos y os llamamos.
-¿Tenéis nuestro número?- pregunta Cris.
-Yo tengo el de Javi, lo llamamos a él- contesto yo.
-Nos vale, llamadlo a él.
-Nos vamos, que se va a enfadar mi madre. ¡Hasta mañana!
Sin perder más tiempo vamos hasta la plaza. No tardamos en encontrar a nuestros padres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario