sábado, 8 de octubre de 2011

Capítulo 10

Al llegar a la plaza vemos que ya están esperando todos.
-¡Hola!-dice mi hermano- Perdón por llegar tarde.
-No os preocupéis acabamos de llegar-dice Sofía.
-Bueno, ¿nos vamos?- dice Javi.
-¡Claro!
Nos ponemos en camino hacia la piscina sin añadir nada más. Vamos con paso lento, a cada paso un pensamiento ronda mi cabeza. En el grupo hay dos personas que no reconozco. Un chico y una chica. El chico, alto y con los ojos verdes. La chica, más bien bajita y con los ojos negros. Solamente hablan con Sofía, y puedo comprobar que tienen cierto parecido. Ya llegando a donde supongo que es la piscina vemos una chica esperando. Ángela se acerca a ella y le da dos besos. Acto seguido se acerca a nosotros.
-Chicos, ésta es mi prima Ana-dice señalando a la chica.
-¡Encantados!- decimos todos al unísono.
-Bueno, estos son mis primos, Edith y Héctor- dice Sofía.
-Pues encantados también- decimos de nuevo al unísono.
Una vez hechas todas las presentaciones entramos a la piscina, pagamos la cantidad que nos dice la chica que hay en la puerta y nos dirigimos a los vestuarios. Cuando entramos en los vestuarios me fijo en las dos chicas que nos acaban de presentar. Ambas son bastante guapas. Ana, la prima de Ángela, es rubia, tiene los ojos azules y es bastante alta. En cambio, Edith, es morena, tiene los ojos negro azabache y es baja. Durante un rato, sigo absorta en mis pensamientos. De pronto, alguien interrumpe mis reflexiones. Me doy cuenta de que, como me imaginaba, son Raquel, la hermana de Javi, y sus amigas.
-¡Pero bueno, quién está aquí!- dice María- ¡Si es mi amiga Marta!
-Hola- digo ignorando sus comentarios.
-¿Hola?- replica- ¿Solo hola? ¿Pues si que eres sosa!
-María, ¡déjalo ya!- dice Sofía.
-No me da la gana.
-Vámonos, Marta- dice Miriam cogiéndome del brazo.
Sin añadir nada más cojo mis cosas y salgo, detrás de las demás, a la zona de las piscinas. Al salir vemos que los chicos están sentados bajo una sombrilla. Nos dirigimos hacia allí y cuando llegamos nos sentamos junto a ellos.
-Bueno, ¿queréis que vayamos a bañarnos un poco?- dice Ángela tras un largo silencio.
-Vale- dice Álex.
-Id vosotros yo me quedo aquí- dice Javi.
-¿Y eso?- pregunta Cris.
-Porque no me apetece.
-Bueno, como quieras.
Dicho esto todos se dirigen a la piscina. Yo me quedo allí para hablar con Javi.
-¿No te vienes?- le pregunto.
-No tengo ganas, ve tú si quieres.
-Bueno, voy y vengo, ¿vale?
-Lo que tú quieras, pero si te quieres quedar allí no importa.
-Como quieras.
Sin añadir nada más me alejo de él en dirección hacia donde están los demás.
-¡Venga Marta, métete ya!- grita mi hermano.
-Es que está muy fría- digo metiendo un pie dentro del agua.
-Cuando te metes está más caliente- dice Sofía riendo.
-Me da igual, no me apetece meterme ahora mismo.
No dicen nada más, solo se acercan todos formando un corro y se ponen a cuchichear. Veo que Mario y Ángel salen del agua y se dirigen hacia donde estoy yo. Poco a poco van estirando los brazos hasta que llegan a mi lado. Me cogen y sin pensarlo dos veces me tiran al agua.
-¿Está fría ahora?- pregunta Ángela sin parar de reír.
-Sois muy malas personas, que lo sepáis- digo riendo yo también.
-Si sabes que en el fondo querías que te tirara alguien- dice mi hermano.
-Venga sí, lo que tú digas.
-Pues claro.
-Me voy que me estoy quedando helada-digo casi tiritando.
-Y de paso estás un poquito con Javi, ¿no?- dice Ángel.
-Es posible- respondo saliendo de la piscina.
Sin dar tiempo a que me tiren de nuevo salgo corriendo a por mi toalla. Cuando llego allí me encuentro una sorpresa.
-¿Javi?- digo haciéndome notar.
-Esto… hola- dice él.
-Hola Marta- dice María con una sonrisa maliciosa en los labios.
-¿Qué se supone que estabais haciendo?- pregunto con temor.
-¿Es que no lo sabes?-responde María- Estábamos besándonos.
-¿Cómo?
-¿No te lo ha dicho Javi?
-¿Qué se supone que me tiene que decir?
-Que estamos juntos.
-¿Es verdad eso?- digo dirigiéndome a Javi con los ojos llorosos.
-Pues bueno… sí, es cierto.
-Pero…
-Pero nada, déjame en paz, solo quería reírme de ti.
-Pero, ¿por qué?
-Porque sí.
-Está bien, te dejaré en paz.
No añado nada más, solamente me doy media vuelta y voy hacia los vestuarios corriendo y mirando al suelo. De pronto, choco con alguien.
-Lo siento- digo levantando lentamente la mirada.
-No te preocupes- dice el chico con el que he chocado.
Al levantar la mirada veo que es Héctor, el primo de Sofía.
-Eres Héctor, ¿verdad?- le pregunto.
-Sí, ¿y tú eras…?
-Marta.
-Es cierto. Bueno, ¿dónde vas?
-A mi casa, ¿se lo puedes decir a Sofía?
-Claro, pero, ¿por qué te vas?- pregunta alarmado.
-Porque sí, tú díselo a Sofía.
Sin dar tiempo a que conteste doy media vuelta. De repente escucho de nuevo su voz.
-Marta, hasta luego- dice sonriéndome.
-Adiós- digo devolviéndole la sonrisa.
Sin perder más tiempo vuelvo corriendo al vestuario y comienzo a cambiarme. Tardo un rato en vestirme y en secarme un poco el peli. Me dispongo a salir cuando veo que Sofía viene corriendo hacia mí.
-Marta, ¿dónde se supone que vas?- dice con tono amenazador.
-A mi casa, díselo a mi hermano, por favor.
-Pero, ¿por qué te vas?
-Porque sí.
-Héctor me ha dicho que estabas medio llorando, ¿ha pasado algo?
-No, no te preocupes, es simplemente que no me apetece seguir aquí.
-Venga, Marta, no te vayas.
-Es que…
-Venga, hazlo por tu hermano, que se va a ver solo.
-Bueno, voy a cambiarme, vete si quieres.
-No me voy a ir.
-Está bien…
No añadimos nada más. Sin tardar mucho me visto y salimos de nuevo a la zona de baño. Vamos de nuevo hacia donde están los demás. Cuando llegamos coloco mi toalla en el césped, lo más lejos que puedo de Javi, entre Héctor y Miriam.
-¿Qué te ha pasado antes?- me pregunta Héctor susurrando.
-Nada-digo intentando disimular.
-¿De verdad?
-Sí, por supuesto.
No dice nada más, solo me sonríe y, sin que nadie más lo note, me coge la mano y me mira sin dejar de sonreír. Estamos así un rato, en silencio, hasta que Sofía empieza a hablar.
-Bueno, contad algo.
-¿Y qué contamos?- pregunta Mario.
-Pues no sé.
-Oye, ¿qué pasó ayer cuando os fuisteis Marta y tú?- pregunta Ángel a Javi.
-Nada, ¿qué va a pasar?-dice haciéndose el tonto.
-Pues no sé, yo creía que… bueno, que eso.
-Pues no, no pasó nada.
Sofía me mira y ve que estoy a punto de llorar. Sin tardar mucho tiempo se levanta, se dirige hacia mí, me coge del brazo y me arrastra hacia un rincón en el que no hay nadie.
-¿Qué te pasa?- pregunta cuando nos hemos alejado.
-Nada- contesto evitando su mirada.
-Marta, ¿qué ha pasado?
-Pues…
-¿Pues?
No soy capaz de decir nada. Intento contener las lágrimas, pero poco a poco van recorriendo mi cara. Sofía me mira y me coge de nuevo del brazo.
-Ven, vamos al vestuario- dice con voz muy dulce.
Me dejo llevar hasta allí sin protestar. Cuando entramos me siento en un banco de madera que está bastante escondido y, allí, empiezo a contarlo todo lo sucedido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario